Rolando Figueroa asumirá el mando del gobierno provincial con el desafío de domar el impacto social de la desigualdad desnudada por la convivencia de la economía en crecimiento con casi 40% de pobreza.
En el escenario de la primera transición en seis décadas entre gobiernos de signos distintos en la provincia conviven el crecimiento de la economía con el 38 por ciento de la población que no llegan con sus ingresos a pagar lo mínimo para vivir. La desocupación es del 5,9%. No alcanza trabajar para no ser pobre. Es un dato que tiene consecuencias sociales.
El gobernador electo Rolando Figueroa enfocó uno de los ejes de su discurso pos 16A en el cuestionamiento al modelo pensado en la captación local del derrame de los negocios petroleros. Con 38% de la población en la pobreza el derrame no ha existido. Figueroa aseguró que su política buscará que el potencial de Vaca Muerta cambie la economía provincial antes que el resto de las cuestiones que, se anticipa, se resolverán con la explotación del petróleo y el gas no convencional.
La economía provincial se reactivó después de la pandemia al ritmo que imprimió la industria petrolera incentivada por precios internacionales que subían después de haber recortado la caída por el golpe de la pandemia. No obstante, el crecimiento fue dispar entre los sectores económicos. Y la porción de la población que se cayó por debajo de la línea de pobreza medida por ingresos es una señal que desnuda la contradicción entre el crecimiento y la pobreza.
La desigualdad de ingresos en la población fue un factor en los comicios por la Gobernación, en cuanto es capaz de acrecentar el descontento de votantes que no necesariamente viven en situación de pobreza.
La industria petrolera paga los mejores sueldos del país. En Neuquén contiene al 17% de los trabajadores registrados en las empresas. El comercio emplea al 18%. Y la construcción al 11,3%. Son las actividades que más trabajo dan en el sector privado de la economía provincial.
Neuquén tiene el segundo salario promedio más alto de la actividad privada del país. El salario promedio de la actividad petrolera es 252% más alto que el del comercio, 164% mayor que el de la construcción y 300% superior al de la enseñanza.
Las diferencias con los ingresos de los trabajadores informales se multiplican varias veces. El promedio en este sector perdió más de 30 puntos con la inflación el año pasado.
El universo del trabajo tiene sus desigualdades de ingreso, pero no es el único. En el empresario pasa algo similar. En Neuquén hay nueve mil empresas, de las cuales 246 son del sector petrolero.